miércoles, 29 de septiembre de 2010

La muerte nos sienta como el orto ¬¬

Romina Yan.
Si, sí...ya me he explayado en otros lados sobre lo mucho que me enferma la santificación de los muertos, de todos ellos.
Al parecer, cuando la tan temida guadaña devuelve a un ser humano al polvo al que pertenece, no solo lo despoja de la bendición de vivir, sino también de todas sus imperfecciones de ser humano.
Los sentimientos encontrados de los deudos hacen el resto del trabajo cubriendo al difunto con un manto de santidad: no sólo la persona que falleció no era mala; era santa. Era santa, perfecta, una luz en tanta oscuridad, un faro que guiara a otros, una estrella en el firmamento por toda la eternidad cuidando a sus seres queridos...y cuanta pelotudez cursi se le quiera agregar.

Nada tenía ni nada tengo en contra de Romina Yan, ni nada que decir más que lo que me dicta el sentido común:
Es una pena que fallezca alguien tan joven, con hijos tan chiquitos..con padres vivos (un padre enterrando a un hijo me parece una de las atrocidades más grandes que existen).
En este caso, es una chica que dedicó gran parte de su vida laboral (por no decir casi toda) a trabajar en programas infantiles que yo, como tantos otros críos, he visto.
Y se murió. Una pena.
(Ahí viene el problema:)

SE MURIÓ. PUNTO!!!!!!!!!
Puedo entender que a alguna que otra chica de mi edad que se haya criado viendo esos programas de huérfanos ricos y nubes de esperanza les pinte un nostalgión.
Puedo entender que alguien con hijos que rondan la edad de la difunta se les cruce ese fantasma horrible de "podría ser mi hija" y se acongojen.
Por supuesto, las reacciones y sensaciones de los deudos más allegados ni siquiera entran en el plano de discusión.




Pero...esto..?


o mucho mejor:





Paralaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!


O el hecho de combinar tanto morbo y sentimentalismo con un estado Alfa de nerd....a los pocos instantes de saberse la noticia, la biografía de la Yan en Wikipedia ya estaba actualizada


No voy a terminar con palabras solemnes sobre la difunta porque creo que la muerte es un tema que debería dejar de ser tabú, de ser algo prohibido, algo de temer...creo que por la salud mental de todos los que estamos vivos, hay que hablar de la muerte, integrarla como algo natural, dejar de usar un luto solemne si no se lo quiere llevar, reirse a carcajadas en un velorio si uno se tienta, ir al cementerio solo cuando y si uno lo siente, no ir a los velorios si a uno los muertos lo impresionan, salir a divertirse aunque alguien cercano haya fallecido....o no, o hacer el luto de rigor porque simplemente nace la necesidad de hacerlo .. en conclusión, hacer lo que uno tenga ganas. La cuestión es que la muerte no reprima la vida.
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Por suerte, mañana trabajo, por lo que el viernes voy a dormir para trabajar de nuevo el sábado...asique sólo me quedará el tedio de la tv de fin de semana q no va a perder la oportunidad de exprimir un poco más este limón morboso (?) y fácil que es la muerte de un famoso, quizás algún programilla del lunes que tampoco se quiera quedar afuera y entonces sí, quizás el luto televisivo de rigor haya cumplido su tiempo y se reanuden las prgramaciones habituales.
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jueves, 23 de septiembre de 2010

Rescate emotivo II: Femeneidades detestables

.Rescate Emotivo consta de un serie de borradores que habían quedado por publicar porque pensaba terminarlos algún día.
Me cago! me cago en estas anclas creativas (?).
Que fluyan...incompletos, desprolijos, imperfectos.
Tal como quien suscribe.

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Como era de esperar, no voy a defender a las mujeres porque sí por el solo hecho de pertenecer al mismo género.


Mucho menos a aquellas que logran que compartir el género, el país, el mismo planeta con ellas me provoque una especie de repugnancia y responsabilidad a la vez.


Y como bien es sabido (?) que mi humilde pero perspicaz cerebro está impregnado con testosterona en un alto porcentaje, es gracias a ello que puedo observar a las XX desde una perspectiva un poco ajena, como quien observa con ternura la inocencia de su perro cuando se esfuerza por dar vuelta un tacho o alcanzar algo que se le fue abajo de un mueble.

Y agradecer al cielo porque, después de todo, aunque sean actitudes detestables, es casi una bendición verlas desde afuera y no ser quien las comete.

Como cuando uno, después de aburrirse de mirar a su mascota intentar por media hora dar vuelta un tacho, piensa "gracias a Dios que soy humano" .

Aquí están, estas son, femeneidades detestables.

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1) Las mañas de infanta Catalina
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No puedo terminar de entender de dónde nace esta maña, si es un estadío previo a la fobia a los gérmenes, o simplemente una manera tediosa de llamar la atención.

Sino que alguien me explique en qué cabeza cabe, por ejemplo, quedarse de pie como un granadero con tal de no sentarse en el pasto. O en el piso.

Que me argumenten la razón de ir a caminar en zapatillas por la playa parando cada 25 segundos a sacar la arena de la playa que se mete indefectiblemente en las zapatillas.

Y esta señorita así va, por la vida, siendo la aguafiesta de todo carnaval, estorbando la fluidez de vida de los demás, enunciando solemne que ella en el pasto, ni loca se sienta, que no se apoya en ese banquito porque está sucio, que qué asco la arena, y no hay cristo que la haga entrar en razón ni culpa alguna de mariconear fastidiando a todos que si alguien le presta un buzo para poner para sentarse.

Si esta actitud brota en alguna dama cercana, hágame el favor de revolcarla por el piso/tierra/arena/pasto, al grito de "curtite".

 
2)Fashion Victim

Yo no puedo creer que una mujer elija recontracagarse de calor a sacarse un saquito de hilo, sólo porque la remera que tiene abajo no está en combinación con el resto de la vestimenta.

No puedo entender cómo no se siente disfrazada cuando entra a un lugar que no lo amerita vestida de punta en blanco. A un lugar , como por ejemplo, la playa, la verdulería, un asado de domingo al mediodía, o la entrecasa misma.


Me dan ganas de pellizcarlas con malicia cuando, ante un imprevisto cambio de clima, no aceptan un pulover ajeno para paliar el frío porque no es de su talle o no pega con el resto de su atuendo.

No entiendo cómo no se relajan.

Me resulta increíble que no les haga mella alguna cuando uno les dice de todo corazón que nadie se fija en sus detalles pelotudos, que nadie repara que el tono de esmalte de las uñas de los pies es exactamente el mismo que el de la tercer piedrita del aro. Se aplica también par alas que no cruzan el umbral sin haberse hecho baño de crema, brushing y planchita.


3)Las que sueñan con ser vidrieristas

Y las titulo así porque no le encuentro otra lógica a pararse delante de una vidriera durante tanto tiempo.

No está mal mirar vidrieras, pero creo que detenerse frente a una por más de 10 minutos debe indicar un principio de autismo. Digo, ¿qué carajo miran? ¿Cuaaaanto podés tardar examinando cada artículo minuciosamente...2 minutos, como una exageración de la vida?

Me enferman. Me enferma verlas ahí, con esa expresión en sus caras como si estuvieran resolviendo la ecuación más difícil del mundo, las pelotudas.

Caminá, carajo! es una cartera! mirala y seguí andando!