Abrochándome el batón....

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El 98% de las cosas de las que me quejo y/o polemizo en realidad no me molestan en lo absoluto.
Pero me divierte hacer de cuenta que sí.
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Me divierte cuando alguien enumera las ventajas de algo, escupir inmediatamente una lista de desventajas, aunque no me las crea.
Y el caso inverso, a aquello de los que todos se aquejan, encontrarle cientos y cientos de beneficios tirando abajo todo argumento negativo, disimulando la risa.
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En ninguno de los dos casos creo realmente lo que digo, es sólo que me divierte, y me divierte también ver hasta dónde llega la gente, hasta dónde está segura de aquello que defiende.
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Aunque existen ciertos casos, como el de hoy, en que me doy cuenta que empiezan a molestarme cosas que no lo ameritan. (ojo! todos los post anteriores Sí ameritaban la puteada correspondiente!) Y con cada cosa que no debiera molestarme pero lo hace, es un paso más que me acerco al final de mi camino, en donde seré una vieja gorda, con pelo corto y colorado, que usa batón, siempre bátón, saca su silla a la vereda y se queja de todo y de todos.
Como si, después de tantos años de jugar a la fastidiada, en algún punto dejaré de distinguir el juego de la realidad.
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Lo que hoy me fastidió, lo que me acercó un poco más a la Ana vieja de batón fue lo siguiente:
Estaba muy tranquila en la cocina de mi casa cuando sentí voces en la vereda y luego, lo inevitable:
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alguien batió palmas.

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NO SOPORTO abrir la puerta de mi casa a gente que no conozco, o aún peor, a conocidos de los demás.

No soporto ni siquiera atender pr la ventana y decir "no, gracias", " no, mi papá salió", "sí, déjeme 2 sifones". NADA.

NO QUIERO.

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Después de mucho meditarlo, creo que dos de los mejores 10 inventos de la humanidad son, sin dudas, el identificador de llamadas y el portero eléctrico con cámara.